domingo, 2 de abril de 2017

60 COSAS QUE SOLO ENTENDERÁS SI TRABAJAS DESDE CASA O ERES FREELANCE

Desde 2011 trabajamos como nómadas digitales, lo que quiere decir que podemos mover nuestra oficina a cualquier lado del mundo. Hemos trabajado en Bali, en Japón, en Tailandia, en Italia, en los Balcanes, en Nueva Zelanda y hasta en India…  Y dentro de poco lo haremos desde Estados Unidos. Peeeeero, este post va, sobre todo, de cuando no estamos viajando, osea… de trabajar desde casa.

Sí, hemos encontrado el “equilibrio” entre periodos en los que despegamos nuestras alas y otros en los que debemos cuidar nuestras raíces, alternando meses de viaje y meses de quietud. No podemos negarlo: nos encanta trabajar desde casa!  Aunque es cierto que no todo es un mundo de amor y pétalos de flores suspendidos en el aire… así que hemos resumido unas cuantas cosas que solo entenderás si trabajas desde casa o si eres freelance:

1- Puedes despertarte 5 minutos antes de “ir” a trabajar (y es que cruzar el pasillo no te llevará demasiado tiempo).

2- Una de las mejores cosas es no tener que conducir hasta la oficina o subir a un bus para sentirte como en una lata de sardinas.

3- Y  tampoco tienes porqué oler sobacos apestosos en el metro (ni preocuparte del tuyo, es broma, es broma).

4- Otro punto a favor: no tienes porqué ver la cara de acelga amargada de aquella compañera tan “maja”, ni la cara de culo de tu ex jefa.

5- Aunque terminarás echando de menos a algún que otro compañero simpático, las risas, las bromas. Ok, no eras demasiado productivo en la ofi…

6- Y es que puedes pasar un día entero sin hablar con nadie. O varios días…

7- ¿Quién necesita compañeros de trabajo cuando tienes Spotify?

8- Aunque echas de menos los chismes de la oficina.

9- Eso sí, ahora tienes más tiempo para los cotilleos de Facebook.

10- La terrible sensación de recibir un e-mail a las 20 del viernes. Asunto: Urgente! Y el único becario que puedes permitirte es este…

11- Has intentado explicarle a tus padres mil veces en qué consiste tu trabajo, pero resultó más difícil que hacer la permanente a un calvo.

12- Tus amigos directamente creen que no trabajas y que te pasas el día en el sofá mirando series.

13- Y a veces es así, bendito maldito Netflix!

14- Y tu abuela directamente cree que, en realidad, eres un traficante de drogas.

15- ¿Tu uniforme? Pijama… o pantalones de chándal y camiseta. Vamos, que  hasta Rappel es más atractivo y moderno que tú.

16- ¿Cesta de Navidad? La única cesta llena es la de la ropa sucia.

17- Si tienes un gatito o un perrito puedes pasar mucho tiempo en su compañía.

18- Y cuando tienes llamadas de Skype siempre acaban haciendo una entrada triunfal en la conversación.

19- ¿Qué día es hoy? Mmm, tienes que pensarlo!

20- A veces te asustas cuando ves tu imagen en el espejo, y es que trabajar desde casa afecta a la autoestima (¿o soy la única que se ha asustado muchas veces cuando aparezco con el pelo del cantante de los Ramones recién salido de la Amazonia?)

21- Los lunes ya no existen.

22- Los fines de semana tampoco.

23- No hace falta perder ni un minuto de tiempo para maquillarte.

24- Tienes en casa un peligrosísimo triangulo de las Bermundas: nevera, mantita y sofá. Cada vez que pasas cerca tus ganas de trabajar desaparecen.

25- Si eres escritor tuviste (al menos) un momento en que se te ocurrió tomar una copa para encontrar inspiración al más puro estilo Bukoswki.

26- Y acabaste deprimido buscando trabajos en infojobs porque nunca estarás a la altura del maestro.

27- Tu casa es tu oficina = bye bye vida! Te lo explicaré de otra forma: lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas, lo que pasa en la oficina se queda en la oficina, lo que pasa en tu casa se queda en tu casa y como pasas allí todo el santo día, estás jodido mi amigo.

28- La única salvación es si tienes una habitación que usas como oficina, pero si trabajas en el salón, en el sofá, en la cama, en el wáter o en la cocina, estás jodido mi amigo.

29- El riesgo más grande: engordar 10 kg a base de snacks y pausas.

30- El día que te decides a ir a un co-working tienes la ansiedad de un niño en su primer día de clase.

31- Si en la oficina tu mayor distracción era el becario de marketing, ahora como mucho puedes stalkerarlo en Facebook o espiar al tío que sube las bombonas de gas. (Si tu gato te deja).

32- No todas son cosas malas: al estar solo en casa puedes rascarte donde te da la gana, todo el tiempo que te da la gana.

33- Tu estado laborar fluctúa entre estar aburridísimo y no tener tiempo ni para prepararte un sándwich.

34- Tienes que encargarte de todo: eres jefe, becario, recepcionista, informático, tío de marketing y limpiador.

35- Pero solo tienes un sueldo, con suerte.

36- ¿Días libres descansando en casa? Ni muerto: lo que quieres es salir de tus 4 paredes sea como sea.

37- La procrastinación está a la vuelta de la esquina. Como la tele. La radio. Aquel libro tan guay. Ah y ¿por qué no probarte aquel vestido que compraste hace 5 años? ¿Y si llamas a Pepa para ver cómo está? Coño, si tengo que poner la lavadora. Ohhh un vídeo de gatitos en Youtube! Mierda, si ya son las 20! Joer, otra noche frente al ordenador para recuperar el tiempo perdido…

38- No tener jefe es un gran alivio.

39- Hasta cuando descubres que eres tú mismo jefe y puedes llegar a ser el capullo más capullo de los capullos.

40- Tu oficina en casa: expectativas/realidad.

41- ¿Llamadas de trabajo vía Skype? Estás divino de la muerte hasta la cintura, de allí para abajo probablemente estás en bragas o calzoncillos.

42- La felicidad absoluta cuando te despiertas es que fuera hace un tiempo de mierda y tu puedes quedarte bajo las sabanas sin tener que ir a la oficina… porque la oficina puede ir a ti!

43- Trabajas más horas de las que trabajabas en la oficina.

44- Pero te da igual, porque trabajas para ti.

45- Café. Litros y litros de café. Tu sangre cuenta con más cafeína que hemoglobina.

46- Pasas de ser pobre a rico de una semana a la otra. Y viceversa.

47- Puedes pasarte en casa días seguidos, sin salir ni para comprar el pan.

48- Hay temporadas en las que un monje tibetano ermitaño tiene más relaciones sociales que tu.

49- Otro punto positivo: al estar siempre en casa nunca te pierdes la recepción de un paquete.

50- Has aprendido, poco a poco, a conciliar trabajo y amor…

51- ¿Fiesta de Navidad? Joooo, aquello era divertido!

52- Y jugar al amigo invisible con tus compañeros (aunque siempre te tocaban regalos de caca).

53- Eres un quejica: si estás trabajando mientras viajas hay momentos en que echas muuucho de menos la comodidad de tu oficina casera y si estás trabajando desde casa no ves la hora de volver a irte de viaje y trabajar donde sea.

54- Las dos cosas peores que puedan pasar: que se vaya la electricidad antes de haber guardado tu último trabajo y que se te caiga el café en el teclado del portátil.

55- Los clientes cabrones que no pagan.

56- Los clientes bonicos que pagan bien.

57- Un freelance tiene pies libres y felices: casi nunca lleva puestos zapatos.

58- Ese momento de felicidad total en que descubres que puedes ser un nómada digital y trabajar desde cualquier lado del mundo: ¡A-L-E-L-U-Y-A!

59- Cuando realizas tu sueño de trabajar en la  playa y te das cuenta de que con el reflejo del sol en el portatil no ves una puta mierda.

60- Y te das cuenta de que, al final, no hay ningún sitio como “home, sweet home” (pero jo, que ganas de que empiece una nueva aventura!).

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