Millas totales: 360
Tiempo estimado: 11 horas
Lugares de interés de la ruta:
- El Trovatore Motel (Kingman)
- Kingman Water Tower (Kingman)
- Kingman Powerhouse & Visitor Center (4$, Kingman)
- D´z Route 66 Diner (Kingman)
- Cool Springs Station (de camino a Oatman)
- Mirador sobre las Black Mountains
- White Bird Trading Post (Oatman)
- Oatman Hotel Restaurant & Saloon (Oatman)
- Mine Museum (gratis, Oatman)
- Casas de Oatman y sus burritos
- Route 66 Motel (Needles)
- Railroad Borax Wagon (Needles)
- Mojave Desert (y señales de Ruta 66 en la carretera)
- Chinese Guardian Statue (Antes de Amboy)
- Roy´s Motel and Café (Antes de Amboy)
- Amboy Crater (Amboy)
- Pueblo abandonado (antes de Bagdad)
- Bagdad Café (Bagdad)
- Peggy Sue’s 50’s Diner (Yermo)
- Route 66 Mother Road Museum (gratis, Barstow)
- Elmers Bottle Tree Ranch (antes de llegar a Bryman)
- California Route 66 Museum (gratis, Victorville)
- Wigwam Motel (Rialto)
- Beverly Hills
- Señal oficial del Fin de la Ruta 66 (Santa Monica)
Ciudades por donde pasa la Ruta:
- Kingman
- Oatman
- Fenner
- Needles
- Amboy
- Bagdad
- Siberia
- Ludlow
- Yermo
- Barstow
- Bryman
- Victorville
- Rialto
- Beverly Hills
- Santa Monica
Con cara de bobos. Hemos tenido esta expresión la mayor parte del día. Día que corresponde a nuestra última etapa de la Ruta 66. Y no podría haber terminado más arriba!
No hablamos ya solo de la reproducción de lo que era la Ruta en sus buenos años en exposiciones o museos, ni tampoco de las colecciones vintage en gasolineras o trade postings. Lo que hoy nos ha maravillado ha sido la propia naturaleza, los parajes por los que hemos pasado, las eternas rectas entre el desierto, los miradores sobre las Black Mountains… en definitiva una de las rutas panorámicas más espectaculares por las que jamás hemos pasado (si no la que más).
Y no se hizo esperar demasiado, en Kingman hay algunos lugares interesantes que ver si tienes tiempo como el Motel Trovatore, la torre de agua, el Kingman Powerhouse & Visitor Center (4$, que cierra a las 16:00) o el restaurante Mr. D´z Route 66 Diner (que nos quedamos con ganas de probar). Saliendo del pueblo ya se toma la antigua Ruta 66 y lo que viene a continuación es… directamente impagable.
La carretera, por la que circulamos prácticamente solos, atraviesa una extensa llanura (probablemente plagada de serpientes) desde donde se empieza a vislumbrar el paso por las Black Mountains a lo lejos. Es un tramo no demasiado largo que se disfruta con la tranquilidad de haber empezado la jornada cerquita de aquí (habría que ver si ya llevas 300 millas en la espalda cómo te lo tomas), hacemos alguna parada para contemplar el paisaje antes de llegar a este paso entre montañas.
Sabrás que estás llegando cuando encuentres el Cool Springs Station, una antigua gasolinera donde los viajeros paraban para descansar un ratito y reponer fuerzas para prepararse a cruzar el paso por las Black Mountains. Algo así como las ventas de carretera que hay antes de Despeñaperros…
Antiguamente este tramo era bastante peligroso, la carretera estrecha y sinuosa en la ladera de la montaña hacía que fuera un lugar propicio para accidentes. Tómatelo con calma y disfruta del paisaje, arriba te espera una de las mejores vistas de toda la Ruta 66.
Una vez hemos sorteado este alto, llegamos a un pueblito de estos “fantasma”, que mantiene mucha de las casas de madera originales, pero donde ahora se venden pins, camisetas e imanes. Oatman era un pueblo minero, recuerda que una de las razones por las que la gente recorría la Ruta 66 hasta la costa oeste era por el sueño dorado, encontrar un gran pipón de oro en la mina y hacerse rico. Así que Oatman era uno de esos destinos populares allá por el 1900 donde se probaba suerte. Una de las tradiciones de estos mineros era clavar un dólar con su firma y fecha en el salón, tú mismo puedes imitarla en el Oatman Hotel Restaurant & Saloon.
Merece mucho la pena dedicar un buen rato a recorrer la calle principal del pueblo, desde el White Bird Trading Post al principio hasta el Mine Museum casi al final.
Pero si por algo es famoso ahora mismo es por sus más habitantes más guapos: los burros salvajes! No sabemos bien si viven alrededor del pueblo en plena libertad o si alguien cuida de ellos… El caso es que cuando llegamos el único rastro de ellos eran las boñigas que, a modo de atracción turística (aquí fomentarán la NO limpieza de calles, no?), te obligan a creer que de verdad hay burros sueltos… Pero de los burros nada!
Así que nos subimos a la grandota y, ya sin esperanza, empezamos a ver una pequeña marabunta a o lejos… donde el pueblo ya ni siquiera se llama pueblo. Y allí estaban, primero un grupo de 4, luego otro de 3, y así hasta unos 20 o 25, todos juntos como los dueños del territorio, pidiendo un poquito de comida. ¿Fue la hora de la suelta? ¿O de verdad viven salvajemente y fue la hora a la que le apetecieron pasarse por el pueblo? Si alguien lo sabe que lo diga, que estamos un poco perezosos para buscarlo en Google.
Desde Oatman tienes la opción de llegar hasta Topock, pero nosotros tomamos el desvío a la derecha para ahorrar algunas millas. En realidad ambas carreteras se juntan en Needles, una ciudad mediana donde puedes darte un garbeo con el coche y tirar algunas fotos al Route 66 Motel o al Railroad Borax Wagon, un antiguo carro de madera bastante chulo, la verdad.
No te lo hemos dicho pero… ya hemos entrado en el último estado que visitaremos en la Ruta 66: California! Al atravesar el puente que lo separaba de Arizona en Needles el asfalto cambió, las casas se veían más nuevas y todo un poco más cuidado… ¿será la tónica de lo que nos espera?
Desde aquí hasta Ludlow es otro de los tramos más salvajes de toda la Ruta. Vas a atravesar el Desierto de Mojave! Recuerda tener bien cargado el depósito, además de que no encontrarás gasolineras en las próximas 70 u 80 millas, los precios en esta zona se disparan!
La parte de la ruta 66 que pasa por el desierto de Mojave se inicia en el desvío en Fenner, que nosotros encontramos en obras… luego vimos como están reasfaltando toda la carretera y el tramo cerrado estaba por Cadiz. No te esperes un desierto de dunas y oasis… en realidad es una zona con llanuras y pequeñas montañitas, salpicadas por arbustos pero super inhóspita, donde te sentirás abandonado a tu suerte (por dios no pinches!). Bueno, en realidad sí que se ven pasar coches, pero no pinches igualmente!
En todo este recorrido vas a ver rectas, rectas y más rectas. Pero también montones de señales de la Ruta 66 pintadas en el asfalto, un par de estatuas de dragones chinos (WTF), el Roy´s Motel and Café, uno de esos lugares icónicos (imagínate hace 50 años en un Cádillac atravesando el desierto a las 2 de la mañana, rezando para no reventar el motor y encontrar un sitio donde descansar… y de repente a lo lejos ves una luz parpadeante, una señal y un ROY´S escrito en grande… ¿Quién no quiere vivir esa experiencia!?)
Los arbustos a continuación dan paso a rocas negras, el color de la tierra ha cambiado y es que estás explorando una zona de volcanes! A tu izquierda, sin mucho esfuerzo vas a ver el Amboy Crater, con su perfecta forma cónica. Pero no es el único, ya verás que está plagadito.
La mayoría del recorrido por el Desierto de Mojave se hace en paralelo por un lado a la Interstate 40 y por el otro a la vía del tren, no es raro ver unos cuantos de estos larguísimos caballos de hierro galopar por los raíles. Cerca de un cruce sobre estos raíles hay un pueblo fantasma, y este de verdad sin comillas, de los que dan miedito.
Otra de las paradas míticas es el Bagdad Café, en el medio de la nada y donde hoy todavía se sirven hamburguesas de carne de Búfalo. Si tienes hambre le puedes dar una oportunidad o bien esperar hasta el Peggy Sue’s 50’s Diner, unas millas más adelante en Yermo. Nosotros paramos en este segundo y, aunque el lugar es bonito, la comida nos defraudo un poco. Antes de llegar ya habrás dejado el desierto y tendrás que unirte nuevamente a la I40.
Esta carretera sigue hasta Barstow, allí hay un museo, el Route 66 Mother Road Museum Barstow, que al parecer solo abre los viernes, sábados y domingos. Nosotros no lo visitamos, de hecho ni siquiera paramos en el pueblo. Tomamos dirección sur por la 66 y nos dirigimos hasta el Bottle Tree Ranch, un bosque hecho de botellas por Elmer, uno de esos personajes míticos de la Ruta 66. Tuvimos la suerte de encontrarlo allí y nos pareció un tipo super entrañable (y nada loco en comparación con Harley!).
Fue la última de las paradas que recordaremos de carretera de verdad… a partir de aquí se entra en el enorme territorio de Los Ángeles, con sus ciudades anexas y sus carreteras de 6 carriles. Se puede pasar por el California Route 66 Museum de Victorville (gratis), por el Wigwam Motel de Rialto, donde volvimos a ver los tipis tan característicos, por Beverly Hills hasta llegar a la señal oficial del Fin de la Ruta 66, en Santa Monica.
Nosotros, como teníamos que devolver la autocaravana en una oficina bastante lejos de allí, decidimos quedarnos en la ciudad de Corona, y a la mañana siguiente, tras devolverla, pasarnos por el punto donde firmaremos el final de nuestra Ruta 66, algo particular, pero que disfrutamos como dos diablillos J
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