miércoles, 16 de mayo de 2018

ROADTRIP POR LA COSTA ESTE DE AUSTRALIA. ETAPA 2: DE SÍDNEY A BRISBANE

La segunda etapa de nuestro roadtrip por la Costa Este de Australia nos llevó desde Sídney hasta Brisbane. Dos estados, montones de playas, enormes ciudades y pueblos hippies, surferos, delfines y koalas. Atardeceres con canguros peleándose, una boda entre palmeras, dunas impresionantes, acantilados de donde se elevan bonitos faros, bananas y gambas gigantes, una plaga de murciélagos y muchas otras sorpresas. Todo esto esto es lo que nos deparó este viaje, y lo que nos queda por vivir!

De momento estos son los datos principales:

Información de la Etapa

Punto de partida: Blue Mountains (Sídney)

Punto final: Brisbane

Km totales:  1.136 km

Días: 4 días

  • Día 7: Blue Mountains – Kew (411 km)
  • Día 8:  Kew – Arrawarra (286 km)
  • Día 9:  Arrawarra – Byron Bay (249 km)
  • Día 10: Byron Bay – Brisbane (190 km)

Día 7
Blue Mountains – Kew


Tras la visita en el día de las Blue Mountains recorrimos unos cuantos km hasta el área de servicio Northbound Rest Stop, donde pasamos la noche. Y déjanos decirte que no fue ni se le acercó, la mejor noche de todas. Es un lugar donde paran muchísimos camiones a lo largo de la noche, así que el ruido y el trajín es constante. No se duerme bien, aunque las duchas calientes y los Mcnuggets juegan a su favor. Por cierto, si te quedas aquí procura aparcar lo más lejos posible del parking de camiones (o sea ve al otro lado de la cafetería F3).

En fin, que a las 6:30 ya estábamos despiertos y a las 8 en camino. El día resultó ser más duro de lo esperado y en total estuvimos 10 horas sobre la furgoneta, para hacer más de 400 km. Sería el día de los miradores, te contamos…

La primera ciudad reseñable por la que pasamos fue Newcastle, casi nada! Se trata de la séptima ciudad más poblada de Australia, con casi medio millón de habitantes. La sensación de gran ciudad se tiene nada más entrar en los barrios periféricos. En uno de ellos empezamos nuestra lista de miradores: se trata del Hicksom Street Lookout (o llamado directamente Lookout en wikicamps) y tiene unas bonitas vistas de la parte oculta de la playa de la ciudad, aquella a la que solo bajan los solitarios o los especialitos. El acceso a ella debe ser medianamente complicado y la gente suele ir a la playa principal.

De esto nos dimos cuenta nada más iniciar el descenso, ya al otro lado de la colina, donde Newcastle se mostraba sin ambigüedades: la enorme playa de Merewether flanquea su margen oeste y a continuación una hilera de coches, aparcamientos llenos y lío, mucho lío. Contrasta enormemente con los 4 gatos que pudimos contemplar desde lo alto en la anterior playa.

Era domingo de finales de verano y suponemos que la gente está aprovechando los últimos días de vacaciones. Pero también tuvimos la sensación de que este ajetreo, con sus más y sus menos, debe estar presente todo el año. Quisimos preguntar, pero nos esperaba otro mirador…

El mejor del día! Se trata del Memorial Walk, una pasarela elevada construida en el año 2015 en honor a los militares caídos en la Primera Guerra Mundial. Para llegar tienes que subir una rampa peatonal bastante tediosa hasta lo alto de una colina que tutela toda la ciudad, allí las vistas son sublimes. El paseo no es largo y se considera uno de los más espectaculares de toda esta parte de Australia.

Regresamos nuevamente a la Pacific Highway para continuar el camino hacia Nelson Bay. Este pueblo tiene toda la pinta de ser destino vacacional de medio estado de NSW! O al menos se pusieron de acuerdo para pasar el día precisamente este día. Estaba repleto, tan repleto que nos fue imposible encontrar aparcamiento cerca del tercer mirador del día: el Fort Tomaree Head Lookout. Llegamos hasta los pies de la colina sobre la que se encuentra, pero esta vez el acceso estaba cerrado (al parecer forma parte de un Parque Nacional y, al menos hoy, no dejaban pasar a nadie). El plan B era aparcar abajo y subir a patita, pero lo dicho, ni un solo hueco donde dejar la furgo. Una buena excusa para no darnos un calentón. Pero de verdad nos fuimos un poquito fastidiados, tenía muy buena pinta!

Toda esta península la visitamos casi sin bajarnos de la furgoneta, pasamos por la playa de Shoal Bay famosa por ser un lugar desde donde se pueden ver delfines, por Port Steven, por Corlette y por la Salamander Bay y solo teníamos una frase en la cabeza… “Como viven los ricos!”.

El desvío para ver toda esta zona fue serio y quizás nos lo podríamos haber ahorrado, pero mira, las cosas salen así. Un par de horas más tarde y unos cuantos km más en el odómetro estamos de vuelta a la Pacific Highway, pero no muy lejos la dejaríamos otra vez. El desvío es hacia la Turistic Drive 8 y allí conocimos un lugar muy peculiar.

Esta vez no es un mirador, ni un edificio, ni una playa ni una montaña… se trata de una iglesia. Pero si has dicho que no era un edificio! Y es cierto… es una iglesia sin techo ni paredes, sin cruces ni pilas bautismales. En realidad lo único que tiene son los bancos para que los invitados se sienten.

Este lugar tan peculiar se llama Green Cathedral y se trata de una sala (por llamarlo de alguna forma) en medio de un bosque de largas palmeras y con bonitas vistas a un lago, elegido por algunas parejas para celebrar sus bodas. Nosotros nos encontramos con los preparativos de una, aunque ojo, puede que te encuentres un funeral, que también los ofician.

El cuarto mirador es el Bennetts Head Lookout y se encuentra en Forster. Si en Newcastle o en Nelson Bay te pareció ver el agua del océano de color verde, aquí saldrás completamente de dudas. Desde lo alto de este acantilado no solo diferenciarás el color del Pacífico, sino que no te parecerá extraño ver unos cuantos tiburones esperando tu caída… Si los tiene que haber en algún lado, seguro que se parece mucho a este.

Desde aquí sale un sedero de unos 400 metros que traviesan un pequeño bosque (lleno de mosquitos asesinos) hasta la playa del pueblo. Lo curioso es que llegarás a lo alto de una enorme duna, que tendrás que descender como un chiquillo, con zancadas largas y con una sonrisa en la cara, para llegar al agua. No vimos demasiada gente por aquí, más allá de un puñado de surferos.

Quizás otras playas más interesantes puedan ser Blueys Beach, Boomerang Beach y Elizabeth Beach, pero a nosotros se nos hacía tarde y teníamos que visitar nuestro quinto y último mirador. Este se encuentra en el pueblo de Taree y se llama Apex Lookout. Las vistas sobre el río y los alrededores al acercarse el atardecer son sencillamente espectaculares.

Ya solo nos quedan unos cuantos km hasta Kew, donde pasamos la noche al lado del Visitor Center, en el Rest Area. Nosotros, otra furgoneta y un australiano de esos que podrían protagonizar perfectamente una película de un asesino de turistas.

Día 8
Kew – Arrawarra


No teníamos tiempo que perder así que nos dirigimos hacia la ciudad de Port Macquairie. Allí primero visitamos el Tacking Point Lighthouse, un faro un poco feote pero enclavado en un lugar de esos que quitan el hipo. Aunque el motivo más importante para llegar a este pueblo era el hospital de koalas, un verdadero centro de recuperación de koalas con problemas: algunos están ciegos, otros han sufrido accidentes, otros están enfermos… Están perfectamente cuidados y se tiene muy en cuenta el impacto de los visitantes. Podrás leer la historia de cada uno de ellos, los progresos del centro y la curación de muchos koalas. La visita es gratis, pero se recomienda mucho mucho darles una donación, o bien comprar alguno de los souvenirs de su tienda, para ayudarles a seguir con este proyecto tan bonito.

Port Macquairie tiene diferentes playitas y miradores. Nosotros antes de irnos nos acercamos al que está en el Lions Park, pero date una vuelta por todo el pueblo porque merece la pena. Además hay un montón de esculturas gigantes de koalas repartidas por sus calles.

Miramos el mapa, en dirección norte se nos presentaban dos opciones: salir a la Pacific Highway (opción para caguetas) y seguir por la carretera de costa, para lo que había que tomar un ferry (opción para aventureros). Nosotros como somos unos verdaderos aventureros nos decidimos por esta segunda, la idea era enfilar el camino hasta llegar a Crescent Heads Lookout, y allí desviarnos hasta la carretera principal. 50 metros duramos en el camino, porque es un camino, probablemente el peor que vimos en Australia! Así que allí nos quedamos 5 minutos parados decidiendo qué hacer, hasta que un 4×4 que venía de frente se paro y los chavales que iban en él pusieron un poquito de cordura. Ni se os ocurra seguir! Nosotros acabamos de perder un bulto que llevábamos encima del coche! Así que tuvimos que dar la vuelta y tomar de nuevo el ferry para estar, 30 minutos despúes, en el mismo sitio (no nos libramos del cachondeito del tipo del ferry). Eso si, al menos nos sirvió para ver unas urbanizaciones de casas de ricos que tenían sus yates aparcados en la puerta…

Nambucca Heads es otro de esos pueblos medianos repartidos por toda la costa este de Australia, sobre todo en esta parte. El día había empezado pronto y teníamos unas horitas libres, y qué mejor que pasarlas tirado a la bartola en una playa, ¿no? Es un plan que no suele fallar y que ya nos apetecía… Nuestro rinconcito fue la playa de Shelly Beach,  allí comimos, nos echamos una siesta, leímos y disfrutamos!

El pueblo no es del todo interesante, aunque tiene un par de miradores muy chulos. Nosotros pasamos por el Captain Cook Lookout sobre la propia playa, y por el Rotary Lookout, que te ofrece una vista completamente diferente sobre la bahía.

A Lety se le metió en la cabeza pasar por uno de esos lugares frikis que suele ofrecer este país, uno de esos englobados en la categoría de “The big” o “The giant”… En este caso es la Big Banana! En realidad es un parque de atracciones pero nos quedamos solo en la entrada, que aquí lo que nos llama la atención es su icono!

La gran sorpresa del día se hizo esperar. En estos dos meses viajando por Australia ya hemos visto canguros de todos los tamaños y colores, pero el momento que vivimos en Moone Beach Natural Reserve fue mágico. Caían los últimos rayos de luz sobre sus lomos, las madres transportaban lentamente a sus crías en sus bolsas, otros pastaban tranquilos frente a nosotros y dos machos se enfrentaban a patadas. Hemos decidido que los canguros son nuestros animales favoritos.

En Arrawarra Rest Area terminamos este día, en un area de servicio bastante nueva con otras furgonetas. Tomamos energías para lo que nos queda de viaje, que no es poco!

Día 9
Arrawarra – Byron Bay


Estamos tomando por costumbre no desayunar en el lugar donde dormimos, sino ponernos las pilas rápido y hacerlo ya en ruta. Esta vez fue en un pequeñito pueblo, pero donde, como en cada rincón de Australia, hay un parquecito con baños, barbacoa y unas mesas. Este tenía algo especial, nada más abrir la puerta comenzamos a escuchar unos sonidos bastante estridentes que proceden te lo alto. Echamos la mirada arriba y frente a nosotros, de las ramas de un frondoso árbol, cuelgan cientos de murciélagos escandalosos. Pero no fue lo único que nos acompañó en el desayuno, un pájaro la mar de simpático de pico largo y curvo (un ibis) estuvo rondando por allí todo el tiempo. Ah y un lagarto grandote. Ah, y una araña peluda…

Ya no nos cabe la menor duda de que estamos atravesando a la parte norte de Australia. Además el clima ha cambiado repentinamente, más calor y humedad y menos fresco por las noches. El paisaje ha pasado de ser verde oscuro a un verde chillón y amarillo. Incluso las nubes nos recuerdan a las que siempre nos encontramos en Asia. Hasta ahora tampoco vimos tantas palmeras, y los campos de caña de azúcar se extienden hasta donde nos alcanza la vista. Pero es que tenemos que ser conscientes de que son varios miles de km los que llevamos recorridos desde Melbourne.

A Yamba llegamos tempranito y le dedicamos un buen rato. Es un lugar con muchísima tradición surfera, con varias playas que, al parecer, son estupendas para surfear, y con una sorpresa: delfines! Delfines jugando entre las olas con las tablas de surf. Los vimos desde una colinita donde se encuentra el Lighthouse.

Otor lugar donde se pueden avistar delfines juguetones es en Ballina.  Y adivina… también allí hay un faro! Y unos miradores muy chulos… Si es que todos estos pueblos se parecen mucho. y ¿a que no lo adivinas? Pues si, otra frikada gigante: la Big Prawn! Tiene tela…

Ponemos rumbo a Byron Bay, posiblemente el pueblo más querido por los australianos (y los extranjeros) y famoso por su ambientillo hippy y alternativo. Aquí pasamos dos días y no, no vimos a Elsa Pataky. Te lo contamos en un artículo aparte.

Día 10
Byron Bay – Brisbane


Hoy era un día muy especial, volveríamos a reencontrarnos con Felipe, un amigo de esos que se hacen viajando y se queda para siempre. Con el coincidimos por Asia en varias ocasiones, y la siguiente sería en Brisbane! No teníamos tiempo que perder y, tras dos días muy divertidos en Byron Bay, salimos rápido en nuestro último día de esta etapa por la costa este de Australia en furgoneta.

En todo el día hicimos solo una parada: Coolangatta. Utilizamos este lugar para contemplar a lo lejos el perfil de la enorme ciudad de Gold Coast, a la que por cierto, no teníamos ninguna gana da ir. Así que nos conformamos con tirar unas cuantas fotos de sus rascacielos desde la distancia. Por cierto, justo en esta ciudad está la frontera entre los estados de New South Wales y Queensland. Un nuevo estado que nos da la bienvenida, y menudo estado!

Y para reforzar nuestra intención de no visitarla, nos encontramos con que justo estos días están celebrando aquí los Juegos de la Commonwealth. A tomar vientos Gold Coast, que un poquito más adelante tenemos a Felipe esperándonos en su súper Jacuzzi! Terminamos esta etapa en Brisbane, la capital del estado de Queensland, que se convertiría en uno de nuestros favoritos.

La entrada ROADTRIP POR LA COSTA ESTE DE AUSTRALIA. ETAPA 2: DE SÍDNEY A BRISBANE aparece primero en Mochileando por el Mundo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario