jueves, 21 de diciembre de 2017

El reto de 2018: Una experiencia de viaje llamada América del Sur

No hay obstáculos imposibles; solo hay voluntades fuertes y débiles.
Julio Verne

Fue difícil terminar este artículo en momentos de tanta sensibilidad política como los que se vivieron esta semana en Buenos Aires, en donde el país que representa la libertad de expresión en Suramérica, se enfrentó a su democracia y ejerció a pleno su derecho de hacerse escuchar. Y parece que este año, este subcontinente tuvo ganas de hacerse escuchar en el mundo y de hacer que nuestra cultura sea valorada y respetada no sólo por el extranjero sino desde el interior de nosotros, desde la singularidad y la diferencia de cada país, desde lo que nos une y lo que nos diferencia.

Cuando comenzamos a trabajar hace 9 años en nuestra primera tienda de tours en Buenos Aires, era frecuente tener que explicar a los clientes algunos patrones culturales de Argentina, para excusar algunos trastornos en sus planes de viaje. Lo cierto es que funcionaba y los clientes se sentían menos frustrados al encontrarse con otras realidades incambiables que se debían aceptar como son.

Luego entramos a trabajar en Río de Janeiro, ofreciendo paseos y experiencias culturales en la ciudad. Jamás olvidaré al cliente norteamericano que frustrado por los múltiples cambios generados debido a la visita del Papa Francisco, reclamaba asombrado que el destino turístico más tradicional de Brasil (y probablemente de Suramérica), acostumbrado a magnos eventos como el Carnaval de Río y habiendo sido elegido como sede de la final del Mundial FIFA y anfitrión de los Olímpicos, era incapaz de prever imprevistos logísticos. Mientras tanto, nosotros reflexionábamos cómo explicarle al cliente que eso que se llama jeito carioca es algo que no podemos cambiar, por más que queramos ser profesionales y estandarizar. De igual forma, nos quedamos tranquilos al pensar que, tal vez, ese mismo cliente frustrado salió a la playa, tomó un coco gelado o un choppe en el posto 9 y ese mismo jeito carioca lo salvó de volver a casa con un sinsabor provocado por un clásico choque cultural.

Así podemos seguir contando anécdotas que se extienden hoy día desde San Andrés hasta Ushuaia, que trascienden este hermoso continente lleno de energía, buenas vibras, gente capacitada, trabajadora, honesta, tan diferente y tan parecida, con una cultura enriquecida por las migraciones y el mestizaje, con una herencia indígena que todavía nos cuesta recuperar y valorar, pero que hace parte de esa idiosincrasia que queremos transmitir a través de lo que llamamos la experiencia de viajar por América del Sur.

Ese mismo experimentar de la vida nos llevó este año a atravesar momentos difíciles y de mucha tensión de los que fue difícil salir ilesos. Si bien la política y la economía mundial sufrían reveses, aquí todo se vive más pasional. Mientras Colombia levantaba vuelo y firmaba un debatido y desgastante acuerdo de paz, Venezuela sufría su propio éxodo y nos preparábamos para recibir cientos de vecinos que dejaban sus hogares; Uruguay se enfrentaba con convicción a los riesgos y barreras de medidas progresistas como la regulación del Cannabis, Brasil salía de la burbuja generada por dos eventos mundiales en medio de un clima de tensión política doloroso para la sociedad; y Argentina, la siempre vibrante reina del Sur, se estremecía con cambios económicos y políticos que revolcaban a todas las esferas de la sociedad.

El Equipo de Daytours4u preparándose para las Olimpiadas de Río 2016 / Foto por Daytours4u

A pesar de eso, nosotros, agentes y operadores turísticos, seguíamos trabajando con la misma humildad y resiliencia, para servir a aquellos viajeros de todo el mundo que se paseaban por nuestras calles y paisajes naturales, admirados de tanta riqueza, asombrados de tanta lucha y tal vez un poco confundidos ante la dicotomía del dolor y la felicidad, de la carencia y la plenitud, de la amabilidad y la displicencia en la que vivimos el día a día. Para que ese encuentro entre dos culturas, así sean vecinas, termine en una ruptura del estereotipo y que ningún viajero regrese a casa con la mente igual a cuando salió.

Y de nuevo citando la filosofía expresada por el visionario Julio Verne en cada uno de sus libros de viajes extraordinarios -el primer experto en experiencias del que tuvimos conocimiento- cada viaje es una aventura en la cual sus protagonistas deben estar marcados por la valentía, el coraje necesario para seguir adelante ante la adversidad y la habilidad para resolver cualquier situación que se les presenta en el camino.

Pero esto no se hace solos, sino en compañía de otros compañeros y compañeras de viaje, eventuales o permanentes, de todas las manos que intervinieron o incluso los auxiliaron en determinados momentos. Este 2017 los suramericanos y suramericanas demostramos valentía y probamos que la unión hace la fuerza. Así fue nuestro viaje por la vida este año, una fuerte preparación en equipo para lo que viene en el 2018, una sola experiencia de viaje llamada Daytours4u, que engrana todos estos valores culturales gracias a los cuáles pudimos seguir a flote.

Gracias a ese invaluable talento humano que nos acompaña, a los operadores que pacientemente siguen caminando firmes, y a los clientes que depositan su confianza en nosotros, pudimos terminar el año con no solo una sino muchas aventuras que hoy nos hacen más fuertes, más adultos, con más ganas de emprender nuevos retos y, sobre todo, más convencidos de que tu próximo destino de viaje tiene que estar en América del Sur.

¡Feliz 2018 y felices viajes!

Por: Nohelia Sánchez, CEO & Co-founder de Daytours4u

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